Gorgon

Gorgon Aix (griego: Γοργω Αιξ; cabra/tormenta terrible) era posiblemente la antigua y primigenia gorgona que mató Zeus y cuya cabeza colocó en su égida al inicio de la Titanomaquia. Durante la Ilíada, Zeus le entregó la temible égida a su hija Atenea:
«Por su parte, Atenea, hija de Zeus, portador de la égida, dejó resbalar sobre el umbral de su padre el delicado vestido bordado, fabricado con la labor de sus propias manos, y vistiéndose con la túnica de Zeus, que las nubes acumula, se fue equipando con las armas para el lacrimógeno combate. A ambos lados de los hombros se echó la floqueada égida terrible, cuyo contorno entero está aureolado por la Huida; en ella está la Disputa; el Coraje; el gélido Ataque, en ella está la cabeza de Gorgona, terrible monstruo, espantosa y pavorosa, prodigio de Zeus, portador de la égida».
Ilíada, Canto V. 733; Homero.
Esta criatura de sexo ambiguo, pues se representaba como una mujer con barbas o un hombre con atributos femeninos, era hija de Tifón y Equidna según lo escrito en las Fábulas de Higino, donde también se dice que fue, junto a Ceto, el padre de las Gorgonas Euriale, Esteno y Medusa. A pesar de esto, en la Astronomía poética del mismo autor, se decía que era hija de Helios y se mezclaba su mito con el de la cabra nodriza de Zeus, Amaltea:
«Sobre el hombro izquierdo de la constelación del Auriga está la estrella Capra [...]. Algunos han llamado a Aix la hija de Helios. Ésta sobrepasaba a todos con la belleza de su cuerpo pero, en contraste con su hermosura, tenía la más horrible de las caras. Aterrados por ella, los titanes le suplicaron a Gea que la ocultara y se dice que la escondió en una cueva en la isla de Creta. Después se convirtió en la nodriza de Jove, tal y como se había dicho antes (refiriéndose al mito de la cabra Amaltea). Pero cuando Júpiter, seguro en su juventud, estaba preparándose para la guerra contra los titanes, una predicción del oráculo le dijo que si deseaba ganar debía llevar en batalla para protegerse la piel de una cabra y la cabeza de la Gorgona. Los griegos llaman a esta piel la égida. Así, Júpiter, superando a los titanes, ganó posesión del reino. Cubriendo los huesos restantes de la cabra con una piel, les devolvió la vida y les inmortalizó entre las estrellas. Tras esto, le dio a Minerva la égida que le había protegido en su victoria».
Astronómicas, Libro II; Higino.
Gorgoneion, símbolo protector con una cabeza de Gorgona - Tondo de un kílix ático de cerámica de figuras negras.

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