Pruflas

Pruflas, también llamado Busas o Pruslas, es un gran príncipe y duque del infierno según el Diccionario Infernal de Collin de Plancy. Reina en Babilonia y tiene cabeza de búho; incita a la discordia, abanica las llamas de la guerra y las contiendas y conduce a la mendicidad, pero si se le hace aparecer, se muestra generoso para responder a las preguntas que se le planteen. Tiene veintiséis legiones de demonios a sus órdenes y el Pseudomonarchia Daemonum especifica que la mitad de estos pertenece al coro de los ángeles y la otra mitad al de los Tronos. Debido a un error, Pruflas fue ilustrado en el Diccionario Infernal como el demonio Purson. Aunque el Ars Goetia se basa principalmente en los demonios listados en el Pseudomonarchia Daemonum, Pruflas no aparece en dicha obra.

En el Grand Grimoire, un antiguo libro en el que se especifica cómo invocar a Lucifer o a Lucífago para hacer un pacto, se menciona la jerarquía que hay en el infierno: Lucifer es el emperador; Belcebú, el príncipe y Astaroth, el gran duque. Por debajo de éstos hay seis espíritus superiores: Lucífago, el primer ministro; Satanachia, el gran general; Agliarept, el general; Fleurety, el lugarteniente general; Sargatanas, el brigadier y Nebiros, el mariscal de campo. Estos espíritus tenían a su vez bajo sus órdenes a otros dieciocho demonios, estando Pruslas, Amón y Barbatos al servicio de Satanachia.

James Todd

Naberius

Naberius, también conocido como Cerbero, es el vigésimo cuarto demonio nombrado en el Ars Goetia. Es un valiente marqués del infierno que aparece como una grulla negra que revolotea alrededor del círculo de invocación. Cuando habla lo hace con voz ronca, proporciona habilidad en las artes y ciencias, sobretodo en el arte de la retórica, restablece dignidades y honores perdidos. Se debe usar su sello durante su invocación y rige sobre diecinueve legiones de demonios.

En el Diccionario infernal y en el Pseudomonarchia Daemonum es descrito como un cuervo, y Louis le Breton lo ilustró como un ave con tres cabezas de perro como posible referencia al Cerbero de la mitología griega.

En el Grand Grimoire, un antiguo libro en el que se especifica cómo invocar a Lucifer o a Lucífago para hacer un pacto, se menciona la jerarquía que hay en el infierno: Lucifer es el emperador; Belcebú, el príncipe y Astaroth, el gran duque. Por debajo de éstos hay seis espíritus superiores: Lucífago, el primer ministro; Satanachia, el gran general; Agliarept, el general; Fleurety, el lugarteniente general; Sargatanas, el brigadier y Nebiros, el mariscal de campo. Estos espíritus tenían a su vez bajo sus órdenes a otros dieciocho demonios, estando Ayperos, Naberus y Glosialabolas al servicio de Nebiros.

Naberius ilustrado por Louis le Breton Marymouse

Su

La bestia su, también conocida como succarath, es un animal descrito por Edward Topsell en su Historia de las bestias cuadrúpedas y las serpientes. Según Topsell, es oriundo de las Américas (posiblemente la Patagonia argentina) y su nombre, en lengua indígena, significa «agua» ya que suele vivir cerca de esta. Debido al frío de sus tierras, los indígenas cazan a estos animales por sus pieles. Aquí tenéis lo escrito en su obra:
«Hay una región en el Nuevo Mundo llamada Gigantes y los habitantes de dicho lugar son conocidos como pantagones. Debido a que su país es frío, muy alejado al sur, se visten con la piel de una bestia a la que llaman en su lengua Su, pues vive la mayor parte del tiempo cerca del agua y eso es lo que significa dicha palabra, "agua". 
La imagen de esta bestia fue tomada de Thevetus. Yo la he incluido aquí, pues es de gran deformidad y monstruosa presencia, una gran fiera salvaje e indomable. Cuando los cazadores que desean su piel se abalanzan sobre ella, huye con gran rapidez, cargando a sus cachorros en el lomo y cubriéndolos con su amplia cola. Ya que no hay ni perro ni hombre que se atreva a acercarse a este animal (pues es tan grande su furia que mata a todo lo que se le acerque), los cazadores cavan varios agujeros en la tierra y los cubren con ramas y troncos tan frágiles que si la bestia pasa sobre ellos, ésta y sus crías caerán atrapadas. 
Esta cruel, indomable, impaciente, violenta, furiosa y cruenta bestia, al percivir que su natural fuerza no le sirve de nada para escapar del ingenio de los hombres, sus cazadores, que están cerca para ver cómo cae en la trampa, desgarra con sus dientes a sus crías antes de que puedan cogerlas y domarlas. Por esto nunca se ha atrapado una con vida. Y cuando ve llegar a los cazadores, ruge, llora, aulla, brama y grita tan ruidosamente y con tal terrible clamor que los hombres apenas se atreven a asomarse a la trampa, pero, animados al saber que no puede mostrar resistencia desde ahí, se acercan y con sus flechas y lanzas la matan, despellejándola y dejando el resto de su cuerpo en la tierra. Esto es todo lo que he encontrado de tan salvaje animal».
Ilustración de la bestia Su en Historia de las bestias cuadrúpedas y las serpientes - Edward Topsell