Asmodeo

Asmodeo, también conocido como Asmoday, Asmodai, Sidonay o Sydonay, es un demonio mencionado en diversos grimorios y textos de ocultismo. Aparece en el Ars Goetia como el trigésimo segundo espíritu de su listado, donde se dice que es un rey del infierno fuerte y poderoso. Aparece con tres cabezas: la primera de toro, la segunda de hombre y la tercera de carnero. Tiene cola de serpiente, pies de ganso y vomita fuego. Monta sobre un dragón infernal y lleva una lanza con un estandarte. Está bajo las órdenes de Amaymón, siendo el primero y más valorado de sus súbditos. Cuando el mago lo invoque, debe ser fuerte y precavido y mantenerse sobre sus pies. Si el demonio teme la actitud del exorcista, se verá superado y revelará todas sus actividades, mientras que si no lo hace, el exorcista será engañado por Amaymon en todo. Cuando el exorcista vea aparecer a Asmodeo con la forma en la que ha sido descrito, debe llamarle por su nombre: «¿Eres tú Asmodeo?», y no lo negará. Da el Anillo de las Virtudes, enseña aritmética, astronomía, geometría y todas las artesanías. Contesta a todas las preguntas con la verdad bajo demanda, proporciona la invisibilidad y muestra los lugares donde se ocultan los tesoros y los guarda. Asmodeo, entre las legiones de Amaymon, gobierna sobre setenta y dos legiones de demonios y se debe llevar su sello como pantáculo sobre el pecho.

En el Testamento de Salomón se muestra la tenacidad que debe mostrar aquel hombre que invoque a Asmodeo, ya que apareció furioso y altanero frente al rey Salomón cuando le llamó. En este texto, Salomón invocó a varios demonios y les interrogaba uno a uno para conocer sus nombres, poderes y debilidades. Durante su interrogatorio afirmó que es el hijo de un ángel y una mujer humana, que está relacionado con la constelación de la Osa Mayor y predijo la caída del reino de Salomón, además de nombrar al ángel Rafael como su enemigo y que teme al agua y al humo que desprende el hígado de cierto pez al ser quemado:
«Y ordené que otro demonio apareciera ante mí; y al instante se mostró el demonio Asmodeo encadenado, y le pregunté: "¿Quién eres tú?". Pero me lanzó una mirada de ira y rabia y dijo: "¿Y quién eres tú?". Y le respondí: "¿Tal y como estás castigado osas responderme así?". Pero él, con rabia, me dijo: "¿Y cómo debería responderte, si eres hijo de hombre mientras que yo nací de la unión de un ángel y la hija de un hombre? Así que ninguna palabra de nuestra celestial raza dirigida a los nacidos en la tierra sería arrogante. ¿Por qué si no mi estrella está brillando en los cielos, la cual los hombres llaman el Carro y otros el hijo del dragón? Me mantengo cerca de esta estrella. Así que no me preguntes muchas cosas, pues vuestro reino, tras poco tiempo, será destruido y vuestra gloria será pasajera. Y breve será vuestra tiranía sobre nosotros, volveremos a movernos con libertad sobre la humanidad para que nos veneren de nuevo como si fuéramos dioses, sin saber, como los hombres que son, los nombres de los ángeles que están sobre nosotros.
Y yo, Salomón, oyendo esto, le encadené con más cuidado y ordené que fuese azotado con una vara hasta que revelara humildemente su nombre y sus oficios. Él me respondió: "Soy llamado Asmodeo entre los mortales, soy el encargado de conspirar contra los recién casados para que no lleguen a conocerse. Les separo mediante muchas calamidades, marchito la belleza de las vírgenes y alejo sus corazones. Y yo le dije: "¿Es este tu único cometido?". Y me respondió: "Llevo a los hombres a los límites de la locura y el deseo cuando tienen esposas propias para que las abandonen y vayan día y noche en busca de las que les pertenecen a otros hombres. Así cometen pecado y caen en actos homicidas".
Y le rogué en el nombre del Señor Sabaôth diciendo: "Teme a Dios, Asmodeo, y dime el nombre del ángel que ha de frustrar tus actos". Él respondió: "Por Rafael, el arcángel que está ante el trono de Dios. Pero el hígado y la hiel de un pez me hicieron huir cuando al ser quemados se elevó su humo de las cenizas del tamarisco". De nuevo le pregunté y dije: "No me ocultes nada, pues soy Salomón, hijo de David, Rey de Israel. Dime el nombre del pez que te ahuyenta". Y respondió: "Se trata del Glanos (un siluro, una especie de pez gato), y se encuentra en los ríos de Asiria, lugar por el que deambulo".
Y yo le dije: "¿No tienes nada más que decir sobre ti, Asmodeo?". Y respondió: "Sabe el poder de Dios, el cual me ha atado con los lazos indisociables de mi sello, que todo lo que te he contado es verdad. Te ruego, Rey Salomón, no me condenes a entrar en el agua". Yo sonreí y le dije: "Mientras que Dios, Señor de mis padres, viva, yo te pondré hierros para vestir y también prepararás la arcilla para la construcción del Templo pisándola con tus pies". Ordené que le entregaran diez tinajas para que las llenase de agua y el demonio gimió terriblemente, aunque hizo el trabajo que le encomendé. Y esto fue lo que hice, pues este fiero demonio Asmodeo conocía hasta el futuro. Y glorifiqué a Dios, el cual me dio sabiduría a mí, Salomón, su sirviente. Colgué en el extremo de una caña el hígado y la hiel del pez y los quemé sobre Asmodeo debido a su fuerza, y su insoportable malicia fue así frustrada».
Rafael encadenando a Asmodeo frente a las cenizas del hígado
de pez quemado por Tobías en su noche de bodas con Sara - Jan Steen
Asmodeo es llamado demonio de la Fornicación en el Malleus Maleficarum, donde se dice que por este pecado se ejecutó el terrible juicio de Sodoma, Gomorra y sus ciudades vecinas. De igual modo es el demonio relacionado con el pecado de la lujuria en la clasificación demoníaca de Biensfeld. También aparece en La admirable historia de la posesión y la conversión de una penitente de Sebastien Michaelis, siendo uno de los espíritus que tomó posesión de una monja llamada Magdalene junto a Belcebú, Leviatán, Baalberith y Astaroth, además de otros muchos de inferior rango y con nombres franceses que no aparecen en otros textos de demonología.

Este demonio también es mencionado en El libro de Abramelin, donde aparece como uno de los ocho subpríncipes del infierno. Según la jerarquía dada en este libro, hay cuatro príncipes o espíritus superiores: Lucifer, Leviatán, Satán y Belial; seguidos de ocho subpríncipes: Astaroth, Magoth, Asmodeo, Belcebú; Oriens, Paimon, Ariton, y Amaimon. En esta obra se lista los nombres de los cincuenta y tres demonios que están a disposición de Astaroth y Asmodeo.

En el Diccionario infernal se dice que es un demonio destructor y el regidor de las casas de juego de los infiernos según lo dicho por algunos endemoniados. Siembra la desesperación y la equivocación. También hace mención a lo narrado en el Libro de Tobit, donde se sentía atraído por Sara, hija de Ragüel, y no permitía que ninguno de sus pretendientes yaciera con ella (Tobías 6:14). Llegó a matar a siete de sus maridos durante la luna de miel, antes de que consumieran matrimonio. Asmodeo planeó la misma suerte para el joven Tobías, que estaba a punto de casarse con ella, pero Tobías estaba preparado ya que el ángel Rafael lo avisó para que no sufriera ningún daño. Tobías colocó el corazón y el hígado de un pez sobre unas brasas, y el humo que surgió espantó al demonio y le hizo huir hasta Egipto, donde Rafael lo encadenó (Tobías 8:2-3). En algunas traducciones se dice que fue estrangulado.

Del mismo modo hace referencia a la historia del Talmud donde aparece como Ashmedai. Aquí su carácter es menos maligno que en el Libro de Tobit, y aparece varias veces como un compañero de buen carácter y de buen humor, pero tras esa fachada se oculta un rasgo que comparte con el relato de Tobías: una lujuria que dirigió contra Betsabé y las esposas de Salomón. Según cuenta la leyenda, fue engañado por Salomón y se convirtió en su esclavo, viéndose obligado a construir el Templo de Jerusalén. Un día, Salomón le dijo a Asmodeo que no entendía cuál era la grandeza de los demonios, si el rey de todos ellos podía ser encadenado por un mortal. Asmodeo le respondió que si le quitaba las cadenas y le prestaba su anillo mágico, podría probarle los poderes que poseía. Salomón aceptó y el demonio se puso de pie ante él, con una de sus alas tocando el cielo y la otra apuntando hacia la tierra. Tomó a Salomón, que le había entregado su anillo protector, y lo llevó volando a cuatrocientos kilómetros de Jerusalén. Luego se designó a sí mismo como rey. Salomón regresó pasados tres años, y Asmodeo huyó temiendo su ira.

Howard Schwartz recogió varias leyendas talmúdicas en su Lilith's cave: Jewish tales of the supernaturalLa cueva de Lilit: leyendas hebreas sobrenaturales»), y entre ellas menciona que Lilit, la primera esposa de Adán, se casó con Asmodeo y se convirtió en su reina.

Para finalizar, Paul Lucas dijo que lo vio en uno de sus viajes y, en sus cartas de Egipto, narra que las gentes de ese lugar aún adora a la serpiente Asmodeo, el cual tiene un templo en el desierto de Ryanneh. Allí persigue a los demonios que poseen a los esposos y da la fertilidad a las mujeres estériles que pasen veinticuatro horas en su templo. Sus sacerdotes no pueden tener más de treinta años. También se dice que esta serpiente fue cortada en pedazos y que ya no volvió a aparecer más. Este Asmodeo es, según algunos, la antigua serpiente que sedujo a Eva.

Ilustración de Asmodeo para el Diccionario Infernal de Collin de Plancy - Louis le Breton

9 comentarios :

  1. Gracias, me ha servido de mucho, si llego a publicar mi libro, prometo mencionarte por la informacion

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    1. Es todo un honor que mi blog ayude a artistas como tú a inspirarse. Muchísimas gracias.

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  2. Gracias por la información. Tambien estoy escribiendo una novela.

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  3. Gracias por la información.

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  4. Sidney podría ser variante de Sidonay?

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    1. He buscado la etimología de Sidney y diría que no. Sidney procede del antiguo inglés mientras que Sidonay viene del hebreo.

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    2. Oh ya entiendo, Gracias mi hija leyó eso y tenía la duda.

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  5. Gracias por la información...

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