Kelpie

El Kelpie, o caballo de agua, es el nombre que recibe en Escocia un espíritu cambiaformas ligado a lagos y cuerpos de agua. Es común que adopte la forma de un caballo, pero también puede aparecer con forma humana, aunque algunas historias cuentan que aun así mantendría sus cascos. Este ser servía como asustaniños, para mantener a los más pequeños lejos de los tramos peligrosos del agua y advirtiendo a las mujeres jóvenes de que deben desconfiar de los extraños bien parecidos.

Por lo general se le describe como un poderoso y bello caballo negro que habita en las profundidades de lagos, ríos y arroyos de Escocia, acechando a cualquier humano con el que se encuentre. Los each-uisge son espíritus idénticos a los kelpies pero, por su parte, habitan en el mar y en lochs de agua dulce y marina. Una de las características que distingue al kelpie de los caballos normales es que tiene los cascos del revés. En las leyendas de Aberdeenshire tiene serpientes por crines, y en los relatos del Río Spey aparece como un caballo blanco que incita a sus víctimas a montarlo mediante cantos.

En algunos casos los kelpies llevan a sus víctimas hasta el agua, las devoran y lanzan las entrañas a la orilla. En su forma equina son capaces de extender el largo de su espalda para poder cargar con más jinetes a la vez y llevarlos hasta las profundidades. En los cuentos es común que varios niños se monten sobre un kelpie mientras uno se queda en la orilla. Este pequeño acariciaría al caballo inocentemente, pero, por sorpresa del pobre, se le queda la mano pegada al cuello del animal. En algunas variaciones del cuento el pequeño se ve forzado a cortarse la mano para poder liberarse. Él sobrevive, pero el resto de niños acaban devorados en el agua, quedando tan sólo sus entrañas desparramadas.

Cuando aparecen en forma humana se les puede descubrir por plantas acuáticas que llevarían enredadas en el pelo. Casi siempre adoptan forma de hombre, pero en Ross and Comarty se tiene constancia de una historia en la que una mujer alta, vestida de verde y de semblante marchito, ahogó a un hombre y un niño después de saltar sobre un arroyo.

El folclorista Walter Gregor describió la historia de un kelpie que adoptó la forma de un anciano, el cual continuamente murmuraba para sí mientras cosía un par de pantalones sentado en un puente. Una persona que iba de paso sospechó que podría tratarse de un kelpie, por lo que le golpeó en la cabeza hasta que recobró su forma equina y huyó de nuevo a su guarida en un estanque cercano. En otras leyendas adoptan la forma de un hombre rudo y greñudo que salta sobre los jinetes solitarios y los abraza hasta aplastarlos.

En una leyenda de Barra se habla de un kelpie solitario que se transformó en un apuesto joven para cortejar y tomar por esposa a una hermosa joven. La chica reconoció a este ente sobrenatural y le robó el collar de plata (la brida) que tenía mientras dormía. Inmediatamente el kelpie volvió a adoptar su forma de caballo y la joven lo llevo a la granja de su padre, donde le obligó a trabajar durante un año. Finalmente un viejo sabio le dijo a la chica que le devolviera el collar. Cuando volvió a su apariencia humana el anciano le preguntó si preferiría ser un kelpie o un humano. El kelpie preguntó esta vez a la joven si lo aceptaría como su marido y ante su afirmativa renunció a su forma equina y se casaron.

Se puede atrapar a un kelpie si se le consigue colocar un cabestro estampado con la señal de la cruz, pudiendo aprovecharse su fuerza sobrenatural para tareas tales como el transporte de pesadas piedras para molino. Un cuento popular describe cómo el señor de Morphie capturó un kelpie y lo utilizó para llevar piedras para construir su castillo. Una vez concluyó el trabajo, el señor liberó al kelpie, que evidentemente estaba descontento con el trato que recibió. Toda la dinastía de este noble se extinguió debido a la maldición que el kelpie lanzó sobre él.

Algunos de estos caballos acuáticos aparecen ya embridados y equipados con una silla de montar, como invitando a los viajeros a que lo cabalguen. Si alguien llega a montarse sobre el kelpie lo llevará hasta el agua y ahogará a sus jinetes. Si el kelpie ya llevaba una brida, se podría exorcizar a este ser al quitársela. Estas bridas estaban dotadas de propiedades mágicas, y si se blande contra alguien se puede transformar a esa persona en un caballo o pony.

Al igual que con los hombres lobo cinematográficos, se puede matar a un kelpie con una bala de plata, quedando de ellos tan sólo una masa gelatinosa.

Camelid

1 comentario :

  1. La entrada es genial. ♥
    Paso para dejarte un cuadro del pintor escocés Thomas Millie Dow que se llama The Kelpie, aunque no tengo claro si es un Selkie o qué, jejeje.
    http://ericwedwards.files.wordpress.com/2014/04/220px-thomas_millie_dow_-_the_kelpie_1895.jpg
    Un besito.

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