Ahool

El ahool es un ser volador críptico, un murciélago legendario gigantesco, o según otras fuente, un pterosaurio.

Se dice que el ahool vive en las selvas más profundas de Java. Es descrito como un animal con una cabeza similar a la de un mono, con grandes ojos oscuros, garras en sus antebrazos, aproximadamente del tamaño de un infante, y un cuerpo cubierto de piel cana. Posiblemente la mayor parte de intriga y el rasgo más asombroso de este ser es que se dice que tiene una envergadura de 3 m. Casi el doble de grande que el murciélago conocido más grande del mundo, el zorro volador.

Agares

Agares es un demonio mencionado en diferentes grimorios y textos de ocultismo. En el Ars Goetia y el Pseudomonarchia daemonum de Weyer se dice que Agares, también llamado Agreas, es el primer duque que está bajo el poder del este, aparece bajo la forma de un apacible anciano, monta un cocodrilo y lleva un azor en la muñeca. Hace que los que corren se detengan y que los prófugos regresen, enseña todas las lenguas de inmediato, destruye noblezas espirituales o materiales y provoca temblores de tierra. Pertenecía al coro de las Virtudes y tiene bajo su mando treinta y un legiones de espíritus, además de que se debe usar su sello como pantáculo cuando sea llamado.

En el Diccionario infernal de Collin de Plancy, Agares es un gran duque de la región este del infierno y lo describe de igual manera que en el Ars Goetia. Hace que los desertores del bando que él protege vuelvan a sus puestos y hace huir a los enemigos. Concede honores, enseña todas las lenguas y hace que «los espíritus de la tierra dancen» (provoca terremotos).

En el Grand Grimoire, un antiguo libro en el que se especifica cómo invocar a Lucifer o a Lucífago para hacer un pacto, se menciona la jerarquía que hay en el infierno: Lucifer es el emperador; Belcebú, el príncipe y Astaroth, el gran duque. Por debajo de éstos hay seis espíritus superiores: Lucífago, el primer ministro; Satanachia, el gran general; Agliarept, el general; Fleurety, el lugarteniente general; Sargatanas, el brigadier y Nebiros, el mariscal de campo. Estos espíritus tenían a su vez bajo sus órdenes a otros dieciocho demonios, estando Bael, Agares y Marbas al servicio de Lucífago.

En el Liber Officium Spirituum es llamado Agaros y aparece como un anciano montado sobre un cocatriz (posiblemente se usara este término erróneamente para referirse al cocodrilo) y es el segundo, tras Bael, a las órdenes del rey demonio Oriens, que rige sobre el este. Luego, en el Livre des esperitz, es conocido como Agarat, y a diferencia de los anteriores textos, tiene bajo su mando treinta y seis legiones de demonios.

FoxyAnt

Afanc

El Afanc (Pronunciacón galesa: [ˈavank], también conocido como Addanc; [ˈaðank]) es un monstruo de la mitología galesa que habitaba en los lagos. Es descrito como un castor con rasgos de cocodrilo y se dice que habitaba en los lagos Llyn Llion, Llyn Barfog, junto al Puente Brynberian, o en Llyn vr Afanc, un lago cercano a Betws-y-Coed que fue llamado así por esta criatura. Como la mayoría de los monstruos de lago, atacaba a cualquiera que caía o nadaba en el lago.

Una de las primeras descripciones que se tienen del Afanc fue dada por el poeta del siglo XV Lewys Glyn Cothi, señalando el lago Llyn Syfaddon como su hogar, ahora conocido como Lago Llangorse, en Powys.

Un cuento relata que se convirtió en una inofensiva criatura ante una doncella que lo dejó dormir en su regazo; mientras dormía, los vecinos de la aldea encadenaron a la criatura. Cuando el Afanc se despertó entró en cólera y al revolverse enfurecido aplastó a la doncella, en cuyo regazo todavía yacía. Finalmente fue arrastrado al lago Cwm Ffynnon, un lago de cuyos bancos rocosos no podía escapar. En otra historia fue asesinado por el Rey ArturoPerceval.

Adlet

Los Adlet (o Erqigdlet) son una raza de criaturas de la mitología inuit de Groenlandia. Aunque la palabra se refiere a las tribus americanas nativas del interior, también se puede referir a una tribu cuyos miembros tienen patas similares a la de perros o lobos y cuerpos humanos. Todos los adlet pueden correr rápidamente, y por lo general sus encuentros con  los hombres terminan en batalla, en las que siempre sale el hombre como vencedor.

En la tradición Inuit a menudo se los representan en conflicto con los humanos, siendo éstos más altos que los inuit y que cualquier hombre blanco. En algunas historias los describen como caníbales. Los Inuit del Labrador utilizan el término Adlet, las tribus del oeste de la Bahía de Hudson usan la palabra Erqigdlit. 

Franz Boas, un etnólogo que registró muchas historias de los Inuit, da cuenta del origen de la Adlet, había escuchado la historia en la Tierra de Baffin, concretamente en Cumberland Sound, de un Inuit llamado Pakaq. Su transcripción, una traducción de H. Rink, y una explicación (por Boas) fueron publicadas en The Journal of American Folklore en 1889. Los inuit de Groenlandia, según Rink, cuentan la misma historia que los de la Tierra de Baffin. La historia recibe a menudo el nombre de "La chica y los perros", en la costa occidental de Groenlandia, en la costa este de Groenlandia, es conocido como "El origen de Qavdlunait y Irqigdlit" (es decir, de los europeos y los indios).

Según la leyenda, una mujer llamada Niviarsiang ("la chica"), vivía con su padre, Savirqong, y decidió no casarse nunca, por lo que recibió el nombre Uinigumissuitung ("la que no tendría un marido"). Después de rechazar a todos sus pretendientes, se casó con un perro, Ijirqang, con manchas blancas y rojas. De sus diez hijos, cinco fueron perros y los otros, Adlets, con la mitad inferior de su cuerpo de perro y la superior de hombre. Cuando Ijirqang no iba de caza y los niños estaban muy hambrientos, le correspondía a Savirqong mantener su ruidoso hogar. Harto de la situación, los puso en un bote y se los llevó a una pequeña isla, diciéndole a Ijirqang que fuera para proveerles de carne todos los días. Niviarsiang colgó un par de botas alrededor del cuello de Ijirqang para transportar la carne y él nadó hacia la orilla, pero Savirqong, en lugar de darle carne, le puso piedras en las botas y se ahogó. En venganza, Niviarsiang envió a  los pequeños perros para roer los pies y manos de su padre. Como venganza tiró de una patada a su hija cuando estaba en su bote. Cuando intentó agarrarse a la borda le cortó los dedos, que, cuando cayeron al océano, se convirtieron en las ballenas y las focas.

Inhabit Media

Adaro

Los Adaro son una especie de criatura mitológica similar a las sirenas. Son mitad hombre, mitad pez y tienen un espíritu malvado, travieso y muchas veces cruel. Están presentes principalmente en las leyendas y cuentos de la cosmogonía de las Islas Salomón.

Estas criaturas son únicas del Océano Pacífico y han pasado a la historia como seres muy peligrosos. Según las leyendas nacen de las partes más malignas y perversas de las personas, sus descripciones concuerdan en que son pequeños hombres con forma de pez, tienen aletas en vez de pies, un cuerno con forma de aleta dorsal de tiburón y una lanza de pez espada o pez sierra que les crece desde la cabeza.

Los Adaro viven en el sol y viajan a la Tierra a través de los arcoiris y de las singulares lluvias soleadas. Se trata de criaturas malignas y mortales, que en el pasado y los tiempos de las leyendas, mataban a los hombres lanzando espinas de peces venenosos.

Cuando un hombre muere, se separa en dos partes. Aunga es la parte bondadosa que avanza a la vida en el más allá. Adaro es la parte maligna que vuelve al mundo para atormentar a otros humanos. Esta dualidad es bastante interesante porque puede encontrarse en diferentes formas en mitologías de todo el mundo, esta eterna lucha entre el bien y el mal que no solo se libra en el plano de los dioses, también en el del propio ser humano.

JoeHoldsworth

Acéfalos

La idea de la existencia de razas sin cabeza y con la cara en el vientre o en el pecho está difundida en zonas muy extensas por todo el mundo. A menudo se trata de seres personales, espíritus o divinidades. Con frecuencia esta malformación se atribuye a especies enteras, situadas en lugares lejanos. Por ejemplo: Los esquimales del estrecho de Bering creen que en la Luna viven extraños seres, que alguna vez han sido encontrados también en la Tierra, sin la cabeza sobre el cuello y cuyo cuerpo de aspecto humano tiene una gran boca armada de dientes afilados en el tórax. Los propios esquimales hablan también de una raza que había vivido en tiempos antiguos y que tenía dos caras, una anterior y otra posterior, y una cola. También en la América meridional se habla de presuntos seres acéfalos, denominados Ewaipanoma, así como en los relatos de los indios de la costa del Pacífico Norte se habla de seres sin cabeza, con los ojos en el pecho.

Sin embargo el nombre Blemmi, se refiere específicamente a una población que Plinio sitúa en el desierto de Libia. El nombre no es hijo de la fantasía, sino que era la denominación de una población real (obviamente con la cabeza en su lugar natural) que habitaba entre el Valle del Nilo y el Mar Rojo. Según Henry Lhote, la fábula del pueblo acéfalo pudiera haber nacido de la descripción, teñida de fantasía, de gente cubierta por un velo que disimulaba las formas hasta el punto de hacer pensar que no tenían cabeza.

En el Medievo se multiplicaron las descripciones de estos pueblos, que a veces toman el nombre de epifagos, y se les describe con la piel dorada, la cara en el pecho y dos ojos en los hombros. Los acéfalos, además, se dividen en Sternophtalmoi y en Omophtalmoi, según tengan los ojos en el pecho o en los hombros, respectivamente. 

De este tipo de monstruos se han dado con el tiempo varias interpretaciones alegóricas o simbólicas. Los Gesta Romanorum ven en ellos la imagen de humildes que quieren obedecer a los mandamientos interiores de su corazón; un texto del siglo XII, en cambio, compara estos seres con los abogados, que no tienen la cabeza de un hombre consciente de los propios límites, pero son codiciosos, por lo que tienen la boca en medio del vientre. Esta interpretación, en cierta medida, la suscribe también Freud, que tuvo ocasión de estudiar la figura del acéfalo en una imagen obsesiva que se presentaba en un paciente. Éste veía a su padre como un cuerpo desnudo, sin cabeza ni genitales, pero con brazos y piernas, y los rasgos de la cara estaban pintados en el vientre. Para Freud la falta de la cabeza equivale a la castración, castración que se puede vincular al símbolo de la vagina dentada, y por consiguiente como reflejo también con el tema de la nutrición.

Ilustración de un acéfalo en Las crónicas de Núremberg